Para los productores aspirantes, lograr un sonido pulido y profesional puede parecer abrumador, especialmente cuando se enfrentan a un laberinto de herramientas, técnicas y decisiones. Aunque mezclar música puede ser una forma de arte profundamente personal, hay varios errores universales que obstaculizarán tu progreso y comprometerán el resultado final. Únete a nosotros mientras destacamos los errores de mezcla más comunes y ofrecemos soluciones prácticas para ayudarte a ganar confianza detrás de las mesas de mezcla y lograr mezclas con sonido profesional cada vez.
1. Sobrecargar la mezcla
Uno de los errores más comunes que cometen los nuevos productores al mezclar es abrumar la pista con demasiados instrumentos, capas y plugins. Es tentador usar todos tus VSTs y efectos favoritos, pero solo terminarás con una mezcla que suena desordenada y confusa, sin que ninguna pista individual destaque. Una mezcla cargada puede llevar al enmascaramiento, un guiso sonoro donde las frecuencias se superponen y se cancelan entre sí, enturbiando el sonido general.
Te sugerimos enfocarte primero en los elementos centrales de tu mezcla, como las voces, la melodía y el ritmo, y luego construir y superponer alrededor de ellos con intención. A lo largo del proceso de mezcla, deberías preguntarte frecuentemente si lo que estás añadiendo mejora la canción o simplemente llena espacio. Usa EQ sustractiva para esculpir las frecuencias que chocan y panea los instrumentos estratégicamente para crear una sensación de profundidad y separación. Silencia regularmente elementos individuales para evaluar si contribuyen de manera significativa a la mezcla.
2. Ignorar una correcta ganancia de etapas
Aunque es un principio fundamental de la mezcla, el ajuste adecuado de ganancia a menudo es pasado por alto por los productores principiantes. El ajuste de ganancia es el proceso de gestionar y establecer los niveles de volumen óptimos de las señales de audio de cada pista en una mezcla. Si comienzas una sesión con pistas que están demasiado altas, inevitablemente introducirás distorsión no deseada y recortes, y te verás obligado a retroceder seriamente para solucionar el problema. Sin un ajuste adecuado de ganancia, puedes encontrarte compensando con un exceso de ecualización, compresión o automatización de volumen, lo que lleva a una mezcla torpe y caótica.
Nuestro consejo es tomarte el tiempo extra en las etapas iniciales para establecer tus niveles de entrada de manera conservadora (alrededor de -6dBFS). Mantener tus pistas relativamente bajas dejará un amplio margen para los efectos, el procesamiento y los componentes de Mastering que aumentarán el volumen de tus pistas. Recuerda, el ajuste de ganancia no se trata solo de evitar la distorsión, sino también de mantener la claridad y el equilibrio en toda tu mezcla.
3. Demasiado reverb
El reverb es una de las herramientas más poderosas y efectivas en el arsenal de un productor. Pero con gran poder viene una gran responsabilidad. Cuando se usa con cuidado, el reverb puede añadir profundidad y espacio a una mezcla, pero si se aplica demasiado, puede hacer que suene distante e indefinida. Nada dice "productor principiante" como una pista empapada en reverb.
Al usar reverb, la intencionalidad es la clave del juego. Si tu movimiento por defecto es añadir reverb a una pista inmediatamente, sin siquiera preguntarte si es necesario, entonces definitivamente estás usando demasiado. En su lugar, aplica el reverb con moderación y con propósito. Elige tipos de reverb que se adapten al estado de ánimo y estilo de tu pista: reverb de placa para voces, reverb de sala para elementos orquestales y reverb de habitación para una sensación más íntima. Cuando se trata de reverb, un poco va muy lejos, así que la sutileza es el tono para una mezcla que suene genial.
4. Mal uso del EQ
El EQ es otra herramienta importante que los productores pueden usar al mezclar. Sin embargo, sin el conocimiento adecuado, puede ser una herramienta muy fácil de malutilizar. Los principiantes a menudo usan el EQ para aumentar frecuencias en lugar de eliminar las no deseadas. El EQ se trata de esculpir espacio en una mezcla para permitir que los elementos individuales brillen. No dar espacio a cada instrumento puede resultar en choques de frecuencias y falta de claridad.
Te aconsejamos usar el EQ como una herramienta sustractiva en lugar de una aditiva. Las frecuencias bajas de graves, por ejemplo, deben eliminarse de una mezcla para reducir la turbiedad y el ruido. También puedes usar técnicas de barrido para encontrar y atenuar las frecuencias problemáticas. Y si debes aumentar, hazlo con moderación para realzar características específicas, como el golpe de una caja o la ligereza de una línea vocal.
5. Demasiado fuerte por demasiado tiempo
Todos hemos estado allí: lo que se suponía que iba a ser una breve sesión de una hora de alguna manera se convirtió en un maratón de mezcla de más de 5 horas. Perderse en el proceso de mezcla es común, pero la verdad es que, después de pasar más de 2 horas trabajando en una canción, solo comenzarás a ver rendimientos decrecientes. La fatiga auditiva es muy real, especialmente cuando se escucha a volúmenes más altos, y afectará la capacidad incluso del productor más talentoso para hacer juicios precisos y notar imperfecciones.
Consejo Pro: mezcla a niveles bajos o moderados y toma descansos frecuentes. Darle a tus oídos el tiempo que necesitan para descansar te ahorrará mucho tiempo perdido y te dará beneficios a largo plazo.
6. Sobrecompresión
La compresión es el proceso de controlar el rango dinámico de una señal de audio, haciendo que las partes más silenciosas suenen más fuertes y las partes más fuertes más suaves. Esto ayuda a crear un sonido más equilibrado y consistente, asegurando que elementos como las voces o los instrumentos se integren uniformemente en la mezcla. Sin embargo, cuando se usa en exceso, la compresión puede aplastar la vida y vitalidad de una canción. Los productores principiantes a menudo se inclinan demasiado hacia la compresión, aplanando la dinámica y haciendo que la mezcla suene demasiado densa o robótica.
Cuando uses compresión dentro de una mezcla, te aconsejamos comenzar con ajustes sutiles. Usa un tiempo de ataque lento para conservar los transitorios y un tiempo de liberación que complemente el ritmo de la música. Al usar compresión, quieres que el efecto mejore tu canción, no que la domine.
7. Mezclar con tus ojos
Los DAWs modernos como Logic Pro y Ableton Live cuentan con una variedad de herramientas visuales que permiten a los productores ver formas de onda, analizadores de espectro y medidores mientras trabajan. Aunque son útiles y a veces visualmente hipnotizantes, estas características tienen el potencial de distraer a los productores de lo que realmente importa: cómo suena la mezcla. Ninguna visualización sofisticada puede competir con el poder de tus oídos e intuición.
Las herramientas visuales ciertamente pueden proporcionar orientación y apoyo, pero te recomendamos confiar en tus oídos al mezclar. Escucha regularmente tu mezcla a diferentes volúmenes y en varios sistemas de reproducción para obtener una mejor idea de cómo se traduce.
8. No escuchar tu mezcla en múltiples sistemas
Cuando mezclas, es fácil olvidar que las personas que eventualmente escucharán tu música probablemente no lo harán en costosos monitores de estudio en un espacio controlado. Más probablemente, estarán escuchando a través de auriculares económicos, altavoces de coche o sus smartphones. Por eso es crucial tocar tus mezclas en múltiples sistemas más allá de tu entorno de estudio para asegurarte de que estén equilibradas y dinámicas. Una mezcla que suena genial en un estudio podría desmoronarse cuando se toca en otros entornos.
Te sugerimos siempre referenciar tu mezcla en una variedad de sistemas de reproducción, incluyendo monitores, auriculares, audífonos y hasta el altavoz de tu teléfono. Cada sistema revela diferentes aspectos de tu mezcla, ayudándote a identificar problemas como bajos retumbantes, agudos estridentes o voces enterradas.
9. Ignorar las frecuencias bajas
Mezclar música es, en algunos aspectos, como construir una casa. Y al igual que una casa, una mezcla necesita una base sólida. Por eso es crucial prestar mucha atención a las frecuencias bajas de tu mezcla: el bajo, el bombo y cualquier otro elemento de baja frecuencia. Los productores principiantes a veces descuidan las frecuencias bajas porque suelen ser la parte más difícil de mantener en la mezcla. Pero sin el cuidado y la atención adecuados, las frecuencias bajas pueden resultar en una mezcla que se siente retumbante, turbia o que carece de impacto.
Te sugerimos comenzar aplicando un filtro de paso alto a todos los elementos que no sean de bajo en una canción. Al hacerlo, eliminas las frecuencias bajas que no aportan valor a tu mezcla. Además, utiliza tus herramientas de ecualización para crear más espacio para el bombo y el bajo, asegurándote de que ocupen rangos de frecuencia distintos. Por último, prueba tu mezcla en altavoces pequeños o auriculares con frecuencia para asegurarte de que los graves sean claros y estén bien equilibrados.
10. No utilizar nuevas tecnologías como Moises
Algunos productores a menudo se quedan atrapados en sus viejas formas y patrones. Aunque tener tus técnicas de mezcla favoritas es una parte esencial de ser productor, te estarás haciendo un gran perjuicio si no incorporas nuevas tecnologías en tu proceso. Tanto los productores experimentados como los aspirantes pueden llevar sus habilidades de mezcla al siguiente nivel con herramientas como la app Moises.
Con Moises, puedes usar la Separación de Stem Hi-Fi para descomponer tus canciones favoritas mezcladas profesionalmente en stems individualizados. Al hacerlo, puedes estudiar cómo se trata cada elemento de la mezcla, desde el ecualizador hasta los efectos. Moises también tiene un mixer incorporado que te permite experimentar con el volumen, el ecualizador y los efectos, perfeccionando tus habilidades en un entorno sin riesgos. También puedes usar Moises para agudizar tu oído. Al aislar frecuencias o analizar la imagen estéreo, puedes comenzar a entrenar tus oídos y desarrollar una comprensión más profunda de las mezclas profesionales.
Los productores aspirantes también pueden utilizar los plugins VST de Moises que se integran perfectamente en cualquier DAW. Estos plugins permiten la creación de muestras de alta calidad, la separación de stems individuales, la manipulación vocal y una increíble función de Mastering. La función de Mastering con IA elimina las conjeturas del pulido final de una mezcla al ofrecer ajustes basados en el género y el perfil tonal deseado. Los productores pueden elegir entre 3 modos de mastering: Modo Automático, Modo de Referencia y Avanzado, asegurando que sus mezclas cumplan con los estándares de la industria con un esfuerzo mínimo.
●●●Escrito por Jesse Stanford, Company Cue